Stop a los pensamientos negativos por Carolina Collado

Stop a los pensamientos negativos por Carolina Collado

La mayoría de los pensamientos negativos provienen de nuestra experiencia o de nuestros temores y al provocarnos emociones negativas, hace muy difícil que podamos centrarnos en buscar una solución.

Todo tiene un principio y un final. 

¿Te has sorprendido cuando hay mañanas que te levantas de la cama sintiendo una losa en tu espalda, de mal humor o incluso triste? ¿Sin ganas de hacer nada?

Los pensamientos negativos pueden ser el principio de muchas de las desgracias que terminan ocurriendo en tu vida. Vamos a ver cómo se producen y por qué nos enredamos con ellos, pasando gran parte del tiempo rumiándolos en nuestra cabeza hasta que terminan por afectarnos anímicamente.

Un pensamiento negativo empieza cómo una idea fugaz, que pasa de puntillas, y, antes de que puedas darte cuenta,  te has enganchado a ella y has  empezado  a darle vueltas, alimentándola y acunándola cómo si de un bebe se tratara cada vez que la piensas:

“Su tono de voz sonaba muy frío, está enfadado conmigo…”

Este pensamiento, no es más que una voz crítica y negativa con la que nos habla nuestra mente y suele empezar con un juicio.  Si en vez de dejarlo pasar, le prestamos atención para escucharlo y empezar a pensarlo, crece y se hace cada vez más grande, repitiéndose una y otra vez, cómo un pensamiento negativo constante y continuo:

“Su tono de voz sonaba frío, está enfadado conmigo”,

“Seguro que se ha enfadado porque ayer llegue tarde”,

“Cómo siempre llego tarde, me sancionará y me dejará fuera del equipo”,

“Soy un desastre, siempre llego tarde y voy a perder mi trabajo”,

“¿Por qué todo me pasa a mi? …”

A estas alturas, ya has entrado en bucle, dando vueltas y vueltas a una idea que no sabes ni de dónde ha salido, pero que cuanto más la piensas mayor malestar y angustia te produce porque ese pensamiento ha ido desencadenando otros, y otros, hasta que terminas por creerlos todos.

La consecuencia de toda esta cadena: la preocupación, pensar y repensar el problema.

Preocuparse por el problema es peor que el propio problema.

 

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